By Elisa Figueroa in Reseñas — 23 de abr. de 2024

No te veré morir, ahora no

‌‌Antonio Muñoz Molina relata una historia de amor a través de la vida de Gabriel Aristu con una sutileza literaria exquisita, junto con unas descripciones siempre tan meticulosas, que albergan todo lujo de detalles.

Gabriel Aristu siempre ha impuesto el deber a sus sentimientos. Jamás ha vacilado ante esta postura, tal y como le habían educado su madre y su padre, preso este en su juventud por la dictadura franquista. Lo único que hubiese cambiado el rumbo de su vida fue el sentimiento que le profesaba a Adriana Zuber, el amor de su juventud y de su vida, a la que, a pesar de las décadas, nunca deja de recordar. La curiosidad de él le lleva a concertar una cita para volver a verla, tan sólo para comprobar que la vida es demasiado efímera, que los años transcurren cual si fueran días y la enfermedad, así como la vejez, llegan.

El pelo rojo y rizado de Adriana Zuber es solo la peculiaridad hacia una personalidad fuerte y asentada, con ideas claras hacia la vida que anhela tener. Su talento para la música la hace encontrarse con nuestro protagonista, el que ya en un primer instante se encandila de ella. Aristu no dejará que el sentimiento amoroso se apodere de los ideales profesionales a los que aspira. Rígido, sensato, educado y siempre tan honorable se embarcará rumbo a Estados Unidos para no volver a España hasta el ocaso de sus días.

El desencadenante ideal para acordarnos de lo que nos ha importado o importa es la muerte, tan meticulosa y ladina que nos infunda a tambalearnos en los recuerdos de lo que un día fuimos. La friolera de 47 años sin verse, sin saber el uno del otro por decisión propia. Sin embargo, un buen día Gabriel vuelve a escuchar el nombre de ella, un nombre que había habitado en su interior con el devenir del tiempo. Había estado soñando con Adriana, cada detalle de su joven figura que conservaba todavía en su vetusta memoria. No pretendía acordarse, pero lo hacía. A pesar de la distancia y de la falta de contacto hay personas a las que no conseguimos olvidar debido a la huella que han dejado a fuego en nuestras vidas. Sobre todo en nuestra mente, que lucha contra el corazón con el propósito, muchas veces en vano, de recordar sin que duela.

Para avanzar en la vida se deben de tomar decisiones muy dolorosas que acarreamos de manera permanente. Las renuncias a las que nos exponemos laten con tal intensidad que cuesta acallarlas. La cuestión es… ¿habrá valido la pena?

Palabras clave: Gabriel Aristu, Adriana Zuber, dictadura franquista, Estados Unidos, España, amor de juventud.